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En algunas de las críticas comerciales la película puede considerarse dentro del género de acción. En esta vista el único momento de acción aparece en el film en la escena de la caída de un avión volado por el piloto Francis Gary Powers (Austin Stowel), actor que tiene poco desempeño interpretando el papel de un espía norteamericano en el que su misión era fotografiar desde su avión U2 de última generación los territorios de la Unión Soviética durante la Guerra Fría. El avión cae tras ser atacado por misiles soviéticos con tomas de magistral heroísmo y dudosa veracidad.

 

Por fuera de la casi única escena extrema, y fílmicamente de acción, el resto de la película transcurre en un thriller psicológico extenso, el cual es, para algunos espectadores atrapante, para otros cansador por su lentitud. Steven Spielberg cae en el consagrado cine de Hollywood con su lealtad y tipicidad de sueño americano.

El personaje más leal (como su director a Hollywood) de la película es el protagonista: James B. Donovan, interpretado por Tom Hanks, quien mantiene una honestidad poco verídica tras situaciones de presión psicológica e indicaciones de sus directivos contrarias a sus propias intuiciones.

 

Mark Rylance se destaca por la actuación en su papel de Rudolf Abel. Este es detenido por el Gobierno de Estados Unidos por sospecha de espionaje para la Unión Soviética. Donovan es el abogado encargado de llevar su defensa políticamente simple para los Estados Unidos de América, dadas las circunstancias de la Guerra Fría, pero no tan simple para las concepciones morales de Donovan. El caso avanza exitosamente para los jefes de Donovan pero no para él.

La apelación llevada a cabo a pesar de la contradicción de sus superiores no resulta exitosa por lo que Rylance es condenado a cadena perpetua.

A partir de aquí es donde comienza toda la película habiendo transcurrido ya un tiempo extenso en la sala de cine.

Debido a la audacia de Donovan y probablemente también gracias a sus deberes morales es convocado a realizar un intercambio entre Rylance y Powers, espías condenados en la URSS. La contradicción crucial que aparece en el personaje de Tom Hanks radica en la aparición de Frederic Pryor (protagonizada por Will Rogers). Pryor es un estudiante de economía en la URSS, injustamente detenido. Aquí Donovan vuelve a contradecir a sus superiores (priorizando su definición de moral) e intentar un intercambio de dos por uno mientras que a EEUU solamente le importaba uno por uno.

 

Matt Charman, Ethan Coen y Joel Cohen, los guionistas de la película, se destacan por su elocuencia y argumentación en las conversaciones explicitadas. Tampoco hay que dejar de lado al director de la mano de los camarógrafos, directores de fotografía y de efectos especiales por su papel para enmarcar al espectador en la bella y soñada vida de Estados Unidos con el caótico y opresivo clima de la Unión Soviética en la Guerra Fría.

 

Concluyendo, se puede decir que Spielberg realiza una típica película de sesgo nacionalista donde nos muestran los héroes morales en su máxima potencia (con algunas realidades de conveniencias poco justas) en contraposición la Unión Soviética plagada de brutalidad asesinatos y torturas. El clisé del cine de Hollywood se conserva mientras se rescatan las actuaciones de la mayoría de los actores y principalmente las de Tom Hanks y Mark Rylance. Asimismo se resalta el resto del equipo de realización de la película por el cierre de los climas esperables de cada lugar y el guión, no extraordinario pero sí remarcable.

 

En cuanto al nombre de la película, el clisé de los clisés el cual dejamos pasar junto a su extensión gracias a la globalidad del film.

 

Florencia Natalia Carrasco

Dos por uno

Puente de espías. Dirección, Steven Spielberg. Con: Tom Hanks, Mark Rylance, Scott Shepherd, Amy Ryan, Sebastian Koch, Alan Alda. Noviembre de 2015.

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