
Otro día
Sin pan y sin trabajo: Buenos Aires, Ernesto de la Cárcova, 1894. En Museo Nacional de Bellas Artes, Av. Del Libertador 1473.Horarios: martes a viernes de 12.30 hs a 20.30hs.; sábados y domingos de 09.30hs. a 20.30hs. Entrada libre y gratuita.
El día es luminoso y el sol reverbera sobre Avenida del Libertador. Los tenderetes de los comerciantes de Plaza Francia me cansaron, siempre lo mismo pero cada vez más caro y menos arte.
El arte está apenas cruzando la avenida en el Museo Nacional de Bellas Artes. De afuera, rojo color ladrillo, en la entrada blanco venido a menos, en las salas de pinturas colores oscuros desaturados.
En medio de las excursiones de colegio, las visitas guiadas y los turistas extranjeros; aun así en medio de la escasa multitud aparece un imponente cuadro de 125,5 por 216 cm. fechado en 1894 con autoría de Ernesto de la Cárcova: Sin pan y sin trabajo.
El cuadro no se destaca de los demás salvo por su fortaleza intrínseca: denso, de colores terrosos oscuros en contraste con una ventana luminosa; austeridad frente a un afuera que a simple vista parece amigable. Un hombre, una mujer y un bebé participan de la imagen.
El hombre lleno de odio e impotencia mira por la ventana y golpea las tablas de la mesa con una furia sin sentido, sin recorrido, sin final.; mira por la ventana y entiende el misterio de la “amable” y soleada ventana, las factorías llenas de chimeneas se ausentan de humo, de producción, de trabajo. La silla donde se encuentra sentado está asombrosamente inclinada, al borde de caerse, tal como la desesperación del hombre.
La mujer con su escualidez y pechos vacíos intenta alimentar inútilmente a su niño, alimento que no existe mientras la mujer se pierde en una mirada al vacío en el extremo más oscuro del cuadro, de espaldas a la ventana, seca y consumida.
Los protagonistas son atravesados por una mesa, iluminada por la luz de la ventana, una luz de poco fiar, para enfatizar su austeridad; una mesa sin pan, con un gran espacio vacío y herramientas límpidas de trabajo en un costado, detrás del brazo del hombre y no delante.
El resto de los cuadros pierde importancia luego de adentrarse en Sin pan y sin trabajo. Para el que se encuentre con el cuadro será un sin sentido recorrer el resto del museo. Otro día será el de Berni, Degas, Gaugin, van Gogh, Goya y muchos otros.
Florencia Natalia Carrasco