
Antiéroe off, Dirigida por Paula Marrón. Escrita e interpretada por Patricio Abadi. En el teatro Onírico. Fitz Roy 1846. Funciones: viernes y sábados 21.00 hs. Entrada: $ 100.
El escenario es una sala pequeña, perfecta para un unipersonal como Antihéroe off, en ella se encuentra una escalera de pintor de la cual cuelga una luz de escenario y varios recovecos que se harán visibles con el correr de la obra.
Luego de las solitarias e impactantes luces de boliche comienza a sonar “Under Pressure” (Queen) tema no azaroso para la obra a observar. Dicha introducción abre paso a “Remo” con una peluca y un bigote bailando descontrolado una coreografía desprolijamente pautada.
Luego de llevarse cierto susto por la escena inicial, la obra comienza a tomar forma en un teatro meta teatro. Remo (Patricio Abadi) es un actor en búsqueda de un trabajo sustentable para poder ir a ver a su hijo que se encuentra en Inglaterra con su madre. El personaje comenta que sueña con reencontrarse con su hijo y llevarle a Artaud, mientras señala una caja de la cual luego se verá quién es el que lleva el nombre del famoso dramaturgo.
El lenguaje de la obra, por momentos, es complejo para decir cosas simples; recurso a veces criticado ya que pretende una falsa erudición (una de las tantas parodias de la obra). Utiliza asimismo juegos de palabras en los nombres de sus personajes que el personaje interpreta, siempre con un tono entre jocoso y sarcástico. El público se sonríe con ese juego, mientras que es más profundo que la simple asociación de palabras.
Remo recuerda sus inicios en el teatro, comienza contando sus desencuentros, rechazos, esfuerzos, exigencias y pocas alegrías con su arte. A lo largo de la obra son nombradas eminencias del arte y conceptos reconocidos puestos en duda: Artaud, Bretón, Goya, Dionisos, Graham, la memoria emotiva, la cuarta pared y un famoso soliloquio representado en su totalidad de una forma excéntricamente novedosa. Queda en manos del espectador la interpretación e importancia que le brinda a todos estos datos, la obra los desafía sin que los espectadores se den cuenta.
La obra recorre la búsqueda de Remo de reencontrarse con su hijo y la representación de cada uno de sus personajes mientras cuenta sus experiencias, su infancia, la relación con sus padres, el alcohol, la misión de todo hombre de “venir al mundo” entre otros. La gestualidad Patricio Abadi es extrema y versátil, características que corresponden con la obra.
El juego de luces es preciso y muy significativo en la obra, representan el traspaso de un personaje a otro, de un dramatismo a otro, y la transformación del actor (tal como su luz) es inmediata. La música juega un papel de despertador (de todas formas la obra nunca duerme ni deja dormir).
Todos los recovecos del espacio son utilizados en la obra: una ventana, el telón, un escondite en el suelo. La obra en su formato metadiscursivo deja que el espectador elija que espectáculo ver, el del juego de palabras para reírse sin mayor análisis y el que deja pensando sobre el arte, la vida de un artista (en este caso teatro, pero podría ampliarse a otras artes) y la misión de todo hombre de “venir al mundo”.
Florencia Natalia Carrasco